RETABLOS NEOCLÁSICOS E HISTORICISTAS DE LA IGLESIA DE LA PASTORA III, SAN FERNANDO DE CÁDIZ
RETABLOS NEOCLÁSICOS E HISTORICISTAS DE LA IGLESIA DE LA PASTORA III, SAN FERNANDO DE CÁDIZ
Continuando en esta entrada, la tercera parte del análisis histórico y artístico de los retablos de la iglesia de la Pastora de San Fernando. En esta ocasión, se trata de un nuevo retablo historicista: el dedicado en un primer momento a San José, copatrono de la Isla.
Realizado en madera policromada blanca e imitando
mármol marrón y con algunos espacios dorados, es obra del hermano de la
institución Antonio Luque Márquez y Salvador Lemanistre Otero, pensado en un
primer momento para venerar la imagen de San José, propiedad de la Hermandad.
El retablo es de planta lineal y se encuentra
adosado al muro, en el intradós del arco ciego de ½ punto apoyado sobre
pilastras en el centro del tramo. Está compuesto de mesa de altar, banco, único
cuerpo y ático.
La mesa de altar es rectangular, decorada con paños imitando mármol, que se enmarcan con bordes dorados, sobre fondo blanco. En su frontal hay un tondo, en cuyo interior se representa una antigua sierra de carpintero y un ramo de lirios, en referencia al Santo Patriarca.
En el frontal del banco del retablo de San José, se venera una de las 5 imágenes de la imaginería menor del paso de La Pastora, es una imagen de terracota policromada al óleo y decorada con pan de oro y pan de plata, las alas están realizadas en resina de poliéster, de unos 50 cm, realizada en 1995, por Antonio Luque Márquez.
José María Vidal Muñoz, es el autor de los elementos de orfebrería, realizados en plata de ley (espada flamígera que porta en su mano derecha el arcángel San Miguel, el escudo que sujeta en su mano izquierda y las plumas del casco).
El cuerpo principal del retablo está flanqueado por dos pilastras de fuste liso y capitel corintio romano. La hornacina queda flanqueada por dos columnas adelantadas, de capitel corintio. Las basas y los capiteles son dorados.
La hornacina es poligonal, cubierta con una bóveda de horno. Los plementos se diferencian y están enmarcados por bordes dorados. La hornacina queda enmarcada, a modo de chambrana, por una basa, pilastras y un arco ½ punto de 3 platabandas, que se ensancha en los capiteles.
En las enjutas del frontal de la hornacina, bajo el arquitrabe, se sitúan dos pinturas bí-cromas de lirios blancos y algún trazo rojizo sobre fondo azul.
El ático del retablo se estructura en un arquitrabe de tres platabandas que se adelanta sobre los capiteles, encima un friso liso, y sobre este, tres impostas, separadas por bandas rehundidas.
El escudo franciscano tiene una cruz sobre nubes y nimbo dorado en sus ángulos, y dos brazos, uno que representa a Jesucristo y el otro que simboliza a San Francisco. Ambos llevan marcas de pequeñas cruces que evocan los clavos de la Pasión de Cristo y los estigmas de San Francisco.
El escudo se inscribe en un tondo, enmarcado por una orla blanca mixtilínea decorada con elementos geométricos (triángulos y rectángulos) en su interior, de la cual emanan ráfagas doradas.
En la hornacina de este altar, se ha ubicado la
talla en madera de cedro, estucada y policromada al óleo, de 152 cm de altura,
que representa al Beato Diego José de Cádiz, realizada en 2024, por el
imaginero sevillano Rubén Fernández Parra.
Desde el 27/12/2022, el Beato Diego José de Cádiz, es cotitular de la hermandad de la Pastora, que tiene el título de franciscana, desde 1989 y tenía carta de Hermandad con el desaparecido convento de Madres Clarisas Capuchinas de San Fernando.
Esta imagen se veneraba en un primer momento en la hornacina del lado del presbiterio. Desde allí se trasladó a este altar de San José. Al beato Diego José de Cádiz, se le representa siguiendo la iconografía tradicional de este predicador, de cuerpo entero y de pie.
El Beato está inclinado hacia delante y con las piernas ligeramente abiertas, la izquierda adelantada, sujetando en sus manos un crucifijo que mira con devoción. Lleva largas barbas y un sobrio hábito capuchino de duros y escasos pliegues, sujeto a la cintura por un cordón.
Cuando este retablo se erigió, estaba presidido por una escultura de vestir de San José, propiedad de la Hermandad de la Pastora y que existía en la iglesia desde 1793. Esta obra, de autor desconocido, puede ser vinculada al círculo escultórico de La Carraca. La talla permaneció en esta iglesia hasta los años 60, cuando fue regalada a una familia de la parroquia. Esta la devolvió a instancias de la Hermandad en 2008. La imagen del Niño no formaba parte del conjunto original.
En la actualidad, la imagen se venera en la hornacina del lado del evangelio del presbiterio. A pesar de los cambios en su ubicación, el culto a San José ha sido constante en esta iglesia. Incluso tras la donación de la escultura original, esta fue repuesta con otra talla proveniente de talleres artesanales.
DOCUMENTACIÓN:
MÓSIG PÉREZ,
FERNANDO; Historia, Patrimonio y Documentos de las Hermandad de la Divina
Pastora de las Almas Coronada; edit. Hermandad de la Divina Pastora de las
Almas Coronada, San Fernando, Cádiz.
San Fernando, 2006, pp. 374-376 y 389-390
2025.09.01 18:00
Copyright Manuel Holgado García, 2025,09.08
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