OBRAS PICTÓRICAS DE SALVADOR MAELLA, IGLESIA DE SAN FRANCISCO, SAN FERNANDO, CÁDIZ


OBRAS PICTÓRICAS DE SALVADOR MAELLA, IGLESIA DE SAN FRANCISCO, SAN FERNANDO, CÁDIZ

#DiariadeCádiz del 1 al 8/6/2004

Hace unas semanas subí a este blog una entrada en la que analizaba el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, (dejo aquí el vínculo, por si deseas verla) supe entonces que para decorar el mismo, cuando se pensaba que la obra sería la parroquia que asistiría a la Población Militar de San Carlos, se encargaron a Salvador Maella unas pinturas de gran tamaño. 

El devenir histórico de la iglesia y de los cuadros, ha provocado que la iglesia parroquial se convirtiese en Panteón de Marinos y que los cuadros quedasen ubicados en la iglesia castrense de San Francisco en San Fernando, tres joyas pictóricas, desconocidas para muchos. 

En esta entrada hago un recorrido por las tres pinturas, gran parte de lo digo procede del interesantísimo artículo publicado en 1984, de Martínez Montiel, L. F. y cuya reseña incluyo en la documentación. 

Los textos que siguen han sido publicados con el hashtag #DiariadeCádiz entre el 1 y el 8/6/2024.

INMACULADA CONCEPCIÓN

Es un óleo sobre lienzo, realizado entre 1791-94, por Salvador Maella (pintor de Cámara de Carlos III y académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando), fue encargado para decorar el altar mayor de la iglesia dedicada a la Purísima Concepción.


Por D. Gaspar Molina, el Marques de Ureña, arquitecto de la misma y que se había empezado a levantar en la población militar de San Carlos, en 1786, con la pretensión de colocarla en el presbiterio, sobre la sillería del Coro y bajo la tribuna del órgano.

Imagen tomada de Martínez Montiel, L. F., op. cit.

Al ralentizarse las obras, fue depositadas en el Deposito Hidrográfico dela Corte, donde estuvieron hasta 1845, sufriendo un proceso de deterioro, cuando se enviaron al Colegio Naval Militar en San Fernando recién inaugurado, aun así, dos años tardaron en abrirse las cajas.

 
Imagen de Quijano, op. cit.

Entonces el cuadro estaba tan deteriorado en la parte inferior, podrido y con partes de la pintura desconchadas. Antonio Cabral Bejarano, procedió a su restauración en 1848. Por sus grandes dimensiones (510x425 cm) no se pudo ubicar en la capilla del Colegio recién inaugurado.

Presbiterio con la pintura de la Inmaculada al fondo, imagen de Quijano, op. cit.

Permaneciendo en las habitaciones del Director del Colegio Naval, hasta 1858, en que se coloca en la nave de la Epístola de la Iglesia castrense de San Francisco.  En 1868 se trasladó a la ubicación actual en el frontal del presbiterio de la iglesia.

Además de la Inmaculada de San Francisco, Maella, pintó este tema en varias ocasiones. Realiza una obra neoclásica, que deja entrever su formación barroca dieciochesca. Colocó a la Virgen en el centro de la composición, sobre nubes y con la luna bajo sus pies.


Rodeada de figuras con actitudes y posturas dinámicas (escorzos), en un movimiento circular en torno a la Virgen, que une sus manos en oración (a la derecha) y mira hacia arriba, al cielo, hacia el Padre Eterno. Su pierna derecha adelantada y flexionada, acentúan el dinamismo.

La composición es triangular, en la cúspide El Padre, en los vértices inferiores San Miguel Arcángel, que combate un dragón y ángeles portando símbolos marianos. Una orla circular de angelotes rodea a la Virgen y al Padre. Circunda la cabeza de María la aureola de 12 estrellas

Esquema realizado sobre el boceto preparatorio de la obra, la imagen del boceto esta tomada de Martínez Montiel, L. F., op. cit.

El colorido de la obra es intenso y cálido, incentivado por un foco lumínico que cae en diagonal desde el ángulo superior izquierdo, proyectándose sobre la Purísima, vestida con túnica blanca y amplio manto azul, recogido sobre el brazo derecho; tonos propios de esta advocación.


María es representada con gestos dulces y amanerados. San Miguel representado en un portentoso escorzo, con manto rojo rutilante, se enfrenta al dragón, que se retuerce derrotado, bajo las nubes un paisaje no identificable, (que bien pudiera ser un añadido a la pintura, realizado en 1848).


Pudiera corroborar esta hipótesis del añadido paisajístico que, en el boceto preliminar del Museo del Prado, no aparece; tampoco en el boceto atribuido a esta obra de la colección particular, en el que aparece una manzana en la boca del dragón, símbolo del pecado original. A simple vista se puede observar en la pintura las marcas del lienzo incorporado.


EL SOCORRO DE SAN CARLOS BORROMEO


Salvador Maella, pintó un óleo sobre lienzo de 380 x 225 cm, representando a San Carlos Borromeo distribuyendo la comunión, para decorar uno de los muros de la nueva iglesia de la Purísima de la población militar de San Carlos, que se construía cercana al Arsenal de la Carraca.

El Marques de Ureña, deseaba decorar con estas grandes pinturas los muros de esa parroquia, evitando la proliferación de retablos en ellos, que consideraba de “dudosa arquitectura”. El cuadro terminará decorando el muro testero del crucero en el lado de la Epístola, en 1868.



El tema escogido representa a San Carlos llevando la comunión a los apestados en la ciudad de Milán en 1576. ¿Por qué este tema? era una devoción de interés por parte del monarca, especial por su carácter eucarístico y la población donde se ubicaría se denominaba San Carlos.


No es la primera vez que Maella, realizaba este tema, lo había tratado antes, en 1784, para el Banco de San Carlos, aunque de menor tamaño, tiene muchas similitudes en su composición y estructura del grupo principal, eso sí con diferencias en las posturas y actitudes de los personajes.

Socorro de San Carlos Borromeo, Banco de España, 1784.

El “Socorro de San Carlos Borromeo” de Maella en San Fernando, es una obra neoclásica, con elementos del barroquismo final. En su composición, la figura del santo aparece en el centro del cuadro, bajo palio, rodeado de una multitud que se agolpa a su espalda.

Grupos de la obra, destacados sobre la imagen tomada de  Martínez Montiel, L. F., op. cit.

Abajo a la derecha, se sitúan dos acólitos (uno con cirio y campanilla, otro con hisopo) inclinados ante la Sagrada Forma. A la izquierda, un sacerdote auxilia a un apestado ya sin fuerzas. Sobre las cabezas un paisaje entre brumas, distinguiéndose un arco y algunas casas.


En la parte superior, se sitúa un rompimiento de gloria, con un grupo de ángeles revolotean uno con un incensario y otro une sus manos en oración. Maella utiliza las diagonales como recurso perpectívico; una diagonal se puede observar desde los acólitos hasta el ángel turiferario.


Diagonales compositivas, sobre la imagen tomada de  Martínez Montiel, L. F., op. cit.

Con un dibujo suelto y un colorido cálido, el foco de luz, se sitúa en la izquierda, iluminando la Sagrada Forma y al Santo. En la parte superior una luz espiritual envuelve a los ángeles.


SAN FERNANDO RECIBIENDO LAS LLAVES DE SEVILLA


Salvador Maella, pintó un tercer óleo sobre lienzo, de 380 x 225 cm, idénticas medidas y finalidad que el anterior, completar la decoración de la iglesia de la Purísima de la población militar de San Carlos, el devenir histórico de la obra también ha sido idéntico.


Actualmente se ubica en el muro testero del crucero en el lado del Evangelio. La justificación del tema, presenta algunas dificultades, o es una renovación del culto al rey Santo promovida por la dinastía borbónica, o bien por su patronazgo del cuerpo de Ingenieros Militares.

Representa la entrada de San Fernando en Sevilla, recibiendo las llaves de la ciudad de manos del rey almohade Axataf. Un tema novedoso para el pintor, pero no en la iconografía antigua, hay un lienzo con esa temática, de Francisco Pacheco en 1634, en la catedral de Sevilla.

Repite Maella, en el lienzo del rey San Fernando, el esquema compositivo del cuadro del socorro de San Carlos, coloca el grupo principal en la ½ inferior, el rey santo, recibe las llaves de la ciudad extendiendo su mano izquierda hacia la patena que se le ofrece.

Grupos compositivos de la obra, sobre la imagen tomada de  
Martínez Montiel, L. F., op. cit.

San Fernando, es representado, siguiendo la iconografía tradicional, erguido, coronado y sosteniendo el cetro en su mano izquierda, ataviado con la armadura, con gola y cubierto por el manto, un nimbo dorado rodea su cabeza y su mirada se dirige hacia la Virgen en procesión.

Al lado izquierdo del rey, se coloca su ejército, a la derecha se sitúan los vencidos, sus gobernantes arrodillados y la figura de un vencido a su izquierda. Sobre estos un numero grupo de personajes ante un paisaje arquitectónico en que parece dibujada la Giralda a la derecha.

7La muchedumbre asiste a una procesión mariana, quizás de la patrona de la ciudad (la Virgen de los Reyes) pero esta advocación no aparece bien definida al igual que el paisaje arquitectónico, que da profundidad a la obra y no puede identificarse claramente con Sevilla.


En el 1/3 superior, se coloca un tercer grupo, en un rompimiento de gloria, dos ángeles flotan, en escorzos, sosteniendo un libro, a los pies de una mujer con una cruz (una alegoría de la religión) hay tercer ángel a la izquierda, difuminado por la luz, completando el grupo.


En la composición Maella, usa las diagonales, consiguiendo una composición dinámica y vitalista, la principal va desde el ángulo superior izquierdo al inferior derecho. Desde ese ángulo emana el foco de luz que ilumina el rostro del rey, creando el juego de sombras de la obra.

Diagonales compositivas, sobre la imagen tomada de  Martínez Montiel, L. F., op. cit.

La policromía del lienzo es cálida, sobresaliendo la intensidad del amarillo, rojo, verde y blanco, con una gradación de tonos que relaciona la obra más con los finales del estilo barroco que con el colorido frio del neoclásico.

Imagen tomada de Alonso de la Sierra, L. op. cit.

Localización de las obras sobre la planta de la iglesia de San Francisco.

DOCUMENTACIÓN:

ALONSO de la SIERRA, J. y ALONSO de la SIERRA, L.; Iglesias de la diócesis de Cádiz y Ceuta, Obispado de Cádiz y Ceuta, 2021, Cádiz, págs. 330-333.

ALONSO de la SIERRA, Lorenzo: Guía artística de Cádiz y su provincia, tomo II. Cádiz, Diputación Provincial de Cádiz y Fundación José Manuel Lara,  2005, Cádiz. págs 65-67.

MARTÍNEZ MONTIEL, L. F., Una Inmaculada de Maella en San Fernando (Cádiz) y su dibujo preparatorio en el Museo del Prado, Boletín del Museo de Prado, tomo 5, 1984; págs. 187-192; recuperado de https://www.museodelprado.es/aprende/boletin/una-inmaculada-de-maella-en-san-fernando-cadiz-y/b619ade2-84f7-47fa-b6b5-191b3d034b05

QUIJANO PARRAGA, JOAQUÍN; San Fernando. Evocación de un Siglo, Publicaciones del Sur, San Fernando, 1998, págs. 141-150

VV.AA.: Enciclopedia gráfica gaditana, Ed. Caja de Ahorros de Cádiz, Cádiz, 1988, tomo IV, 7:  DE LA BANDA Y VARGAS, A.; La pintura gaditana del Academicismo al Romanticismo, pág. 98.

 

Copyright Manuel Holgado García, 2024.06.09

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